Un día, un hombre normal y corriente salió a correr. No era algo raro en él, lo hacía con frecuencia. No le gustaban las pistas, así que hacía monte a través y cross de montaña. Por lo que sea, ese día empezó a correr y, sintiéndose cómodo, decidió seguir un poco más. Y siguió corriendo, y corriendo, hasta que, cuando se dio cuenta, llevaba una semana, 250 kilómetros, y había llegado al desierto.
Así se inventó, creo yo, esa disciplina que ha dado en llamarse ultramaratón, derivación extrema del cross. Si hay que definirla, es un evento deportivo para recorrer una distancia superior a los 42 kilómetros del maratón. Pero cada ultramaratón es un mundo, de 50 kilómetros a 3100 millas, de distancia fija y de tiempo fijo (el que más corra en una semana, por ejemplo), y pueden darse en pista o el abierto.