Ya se huele la proximidad de la nieve en las montañas y eso significa sacar los plumas, gorros y bufandas del fondo del armario e ir pensando en qué deporte hacer durante la estación de invierno.
Nunca es tarde para decidirse a realizar alguna actividad relacionada con la nieve o el hielo, desde las más fáciles y familiares como el descenso en trineo hasta los deportes más arriesgados en los que la habilidad y la velocidad van de la mano.
Cada vez hay más modalidades de deportes con los que disfrutar esos momentos de comunión con las laderas blancas de nieve. Hoy os vamos a comentar dos de ellas, el speedriding y el skibobbing.
Cielo y tierra unidos
El speedriding es una combinación de parapente y esquí, mezclando lo mejor del ambos deportes: la velocidad y el vuelo. Es un deporte ideal para aquellos buenos esquiadores que, tras la temporada invernal, cambian volar por la nieve por volar por los cielos.
Para practicar este deporte se debe de tener más de 14 años (si se es menor de edad habrá de presentar una autorización del padre o tutor legal), un nivel de esquí que le permita bajar por pistas rojas sea cual sea el estado de la nieve.
Cabalgando por la nieve
El speedriding se practica fuera de pista, con un equipo de freeride y una campana especial similar al parapente pero de superficie más reducida, hecha especialmente para practicar este deporte. Su reducido tamaño permite reacciónar más rápida y ágilmente, con lo que la sensación de volar es mucho más espectacular.
Para practicar este deporte de riesgo no es necesario ser ningún campeón de esquí ni tener unas habilidades especiales en parapente, basta con saber esquiar fuera de las pistas y tener unas nociones simples de vuelo en parapente, ya que las alas utilizadas en el speedriding son mucho más simples de utilizar.
«Pedaleando» sobre la nieve
Tal vez no se pueda considerar al skibobbing un deporte de riesgo, pero sí resulta un deporte de aventura para aquellas personas con problemas de movilidad que les dificultan o impiden disfrutar de los paseos en esquís. Cada vez más conocido y utilizado, en sus orígenes era un medio de transporte habitual en los Alpes.
Se trata de una bicicleta con unos esquíes acoplados en vez de las típicas ruedas, inservibles en este escenario. Con un manejo sencillo, no requiere gran forma física, pues el esfuerzo que se realiza es muchísimo menor que el que se requiere para esquiar de manera tradicional.