Natación en aguas abiertas

El ser humano parece empeñado en buscar y superar sus límites. La prueba puede encontrarse en deportes como éste del que hablamos: la natación en aguas abiertas, que podemos definir como aquélla que tiene lugar en láminas de agua al aire libre, como océanos y lagos.

Por hacer un poco de Historia, podríamos decir que esta disciplina parte del día tres de Mayo de 1810, cuando Lord Byron cruzaba a nado los varios kilómetros que separa çeurop de Asis por el Estrecho de Los Dardanelos.

aguas abiertas

En cuanto al currículum olímpico de este deporte, en la primera edición de los Juegos modernos, en Atenas, en 1896, las competiciones de natación tuvieron lugar en aguas abiertas. Ya en 2000, de nuevo en la capital griega, las olimpiadas incluían por primera el triatlón, con 1.500 metros de nado en aguas al aire libre. Ya en 2008 se incluía una carrera en aguas abiertas de diez kilómetros.

Diferentes distancias

Cabe añadir que la Federación internacional de Natación (FINA) reconoce oficialmente tres distancias de competición: cinco, diez y veinticinco kilómetros nadados en aguas abiertas. Éstas son las pruebas que se disputan en los campeonatos del mundo.

Por supuesto, como cualquier deporte, éste requiere sus técnicas. Por ejemplo, aunque no se exige un estilo de natación en concreto, los practicantes suelen usar el crawl o estilo libre, en tanto en cuanto es el más eficiente si comparamos el esfuerzo con el avance. Tal efectividad la demostraba Gertrude Ederle, la primera mujer que cruzaba el Canal de la Mancha y lo hacía pulverizando el que entonces era récord del mundo por más de dos horas.

¿Cómo orientarnos en el agua?

Una curiosidad: teniendo en cuenta que el nadador lleva la cara a ras del agua y que las olas no le dejan ver casi nada ¿cómo puede orientarse el deportista? Pensemos que las olas y las corrientes pueden muy bien desviar al nadador de su trayectoria.

Es cierto que en las competiciones suelen colocarse boyas para que los deportistas no se pierdan, pero, incluso así, estos elementos son poco visibles, por estar al altura del agua, por a escasa percepción que permiten las gafas y porque las olas irrumpen en el campo de visión ¿Qué hacer, entonces?

Pues recurrir a la trigonometría: el competidor toma dos puntos de referencia que estén alineados cuando sigue la ruta correcta, por ejemplo, un faro y un poste repetidor: mientras uno no tape  al otro, estará nadando en la dirección buena.

Aparte de una curiosidad que no hemos querido resistirnos a comentar, sirva este artículo domo introducción a una disciplina de la que no tardaremos en volver a tener noticias