Entre las muchas aficiones y deportes que practico está este: navegar en barco de vela. No hay mejor ejemplo que la propia experiencia, es por ello que hago una inmersión en mis recuerdos para poderles explicar como fué esta grata experiencia.
Mi historia
Eran las 2.45 de la mañana de mediados del mes de julio cuando tomamos la bolla verde de la bocana del puerto del Ferrol , habíamos salido del Club Náutico de Sanjenjo a las 9 de la mañana, el viento entablado del Nordeste que levanta una ola corta y persistente de 1.50 m de seno a cresta hace cabecear el barco de vela que en ese momento un par de compañeros y yo trasladamos de ese hermoso y activo puerto de las Rías Bajas hasta el Puerto del Ferrol para participar en la Volta náutica a Galicia.
La noche anterior había sido una noche de charlas marineras en la cubierta del Hiparión acompañadas de un par de botellas de albariño y todo lo que pudimos agenciarnos en los barcos vecinos. Es una hermosa singladura navegar la ruta de los 5 cabos saliendo de la Ría de Pontevedra con la fresca de la mañana y después de virar el Islote Papa timones (come timones), que por algo tendrá este nombre y con o Cóitelo a media milla por la banda de estribor, tomar rumbo a la Isla de Salvara pasando por el canal que conforma la Isla de Ons y la costa de la mítica playa de la Lanzada y seguidamente librando de todos los petones que ensucian la costa de Corrubedo lugar de múltiples naufragios tomamos rumbo directo al primer y principal cabo de a Costa da Morte, Fisterra.
La Corriente propiciada por los vientos del N.E. desplaza la superficie del océano a una velocidad de dos nudos hacia el sur, a esto tenemos que sumar la corriente también con rumbo sur suroeste que se origina al chocar la corriente del golfo con la costa Atlántica de Galicia y Portugal hay que compensar 2.5 nudos, tarea imposible si no metemos la vela de hierro el Volvo de 4 cilindros y 75 C.V para estar a tiempo en el Ferrol.
Debemos navegar a una velocidad media de 7 nudos con rumbo casi norte, imposible, nos queda llegar de madrugada.
Tenemos el Castillo de San Felipe por el través de babor y el castillo de la Palma donde se alojó algún tiempo el tristemente famoso coronel Tejero por estribor y por la proa las luces verde y roja del Club Náutico del Ferrol donde espero en sus aguas tranquilas descansar esta noche después de nuestra pelea diurna con la ruta de los 5 cabos.