Quizás a algunos este término no les suene de nada, pero aquellos aficionados a los deportes invernales y olímpicos algo de idea pueden llegar a tener. La verdad es que yo tampoco lo conocía hasta hace no mucho y me he dado cuenta que practicarlo puede ser muy divertido, pero en el que se tienen que tomar algunas medidas de seguridad.
Para haceros una idea, el Bobsleigh es una modalidad de deporte invernal que consiste en la bajada de trineos. Otras modalidades de este deporte son el Luge y el Skeleton, que es más conocido entre público en general. Las tres variantes del descenso de trineos tiene su origen en los Alpes suizos en una época donde con toda seguridad no tenían los medios con los que se cuentan ahora: el siglo XIX. Este deporte es uno de los más entretenidos de ver de los juegos olímpicos de invierno.
Orígenes del Bobsleigh
La primera agrupación de aquellos deportistas aficionados al Bobsleigh data de 1897 en la conocida ciudad de St. Moritz. Partiendo de esta ciudad y de este país, en los años posteriores su práctica fue extendiéndose a otras zonas de Europa. De hecho, en 1923 nació la Federación Internacional de Bobsleigh y el año siguiente se organizaron las primeras pruebas de esta modalidad de descenso de trineos.
Evolución del Bobsleigh
Como les ha ocurrido a muchos otros deportes, este deporte ha evolucionado muchísimo desde su origen. Uno de los cambios más significativos a sido la gran revolución que han supuesto la utilización de materiales mucho más adecuados en la construcción de los trineos. Para que podáis haceros una idea, en origen los trineos eran de madera, más tarde, el acero sería el material más utilizado.
Ahora los trineos se construyen de materiales muy ligeros como la fibra de carbono, aunque también tienen acero. Antes no se tomaba tanto en cuenta la aerodinámica y en nuestros tiempos, es un elemento imprescindible. Además, las pistas artificiales que se han ido construyendo con el paso de los años, hacen que se puedan llegar a lograr velocidades de vértigo.
Las claves de este deporte de invierno
Existen dos posibilidades de competir con el trineo. La primera es meterse de lleno en un habitáculo de dos plazas y la segunda que sea de 4. No existen Bobs individuales. Como en todos los deportes de competición, los deportistas tienen que agudizar el ingenio para ganar y sacar ventaja. En este caso, la clave de la victoria está en los primeros metros de la prueba, coger la máxima velocidad al principio será fundamental para alcanzar grandes velocidades y llegar primeros a la meta.
Una vez concluido el recorrido los jueces pesan el trineo, tripulación incluida, para comprobar que no se sobrepasa el peso permitido. Se puede añadir peso de forma artificial para ganar en velocidad si los tripulantes pesan poco, pero en ningún caso se puede sobrepasar el límite permitido.
En el bob a dos el piloto se sienta delante y el frenador detrás. El piloto es el que dirige el aparato para manejar lo más rápido posible las curvas, el freno sólo se utiliza tras cruzar la línea de meta. Se pueden alcanzar velocidades de hasta 145 km/h. La pista tiene una longitud aproximada de entre 1.300 y 1.350 metros, con un desnivel de 130 a 135 metros desde la salida hasta la meta. Los últimos 120 metros de la pista son siempre cuesta arriba para favorecer el frenado.