Continuamos con la segunda parte sobre esta apasionante actividad deportiva llamada pesca submarina. Hoy recogeremos algunas de sus principales variantes e indicaremos unos cuantos datos interesantes para todos aquellos que quieran conocer algo más al respecto antes de animarse a introducirse en su práctica. En cualquier caso, volvemos a remitiros a las asociaciones y clubs de aficionados para obtener una información exhaustiva.
Aunque en España estas prácticas no son precisamente del gusto mayoritario, en nuestro país abundan los buenos emplazamientos para la práctica de la pesca submarina. Las provincias con más lugares son Cádiz, Asturias y Alicante. Los foros especializados dan indicaciones sobre los emplazamientos más populares y sus detalles respecto a presas disponibles, profundidades, visibilidad, dificultad, afluencia, accesos y todo tipo de detalles relacionados.
Ya dijimos el otro día que es necesaria una licencia de pesca recreativa subacuática (se considera como tal cualquier cobra de presa que requiera sumergirse, aunque sea sólo una pequeña parte del cuerpo, como en la caza del pulpo). Pero existen otros requerimientos: la utilización de una boya de señalización, una limitación mensual de capturas (que además no se pueden vender), fusiles sin botellines ni accionados químicamente y algunos otros.
La pesca submarina ofrece un gran contacto con la naturaleza
Seguimos ahora enumerando los diferentes estilos de pesca submarina. La pesca a la espuma se realiza a poca profundidad, aprovechando la espuma para ocultarnos. Tras localizar el rompiente de las olas, que es donde los peces buscan su alimento, el ataque se produce de abajo a arriba. Pero hay ciertas dificultades: la escasa visibilidad, las posibles corrientes y el blanco en movimiento.
La pesca submarina profunda, por el contrario, y como su propio nombre indica, se realiza a gran profundidad, por debajo de los 25 metros. No todo el mundo puede bajar a esas profundidades, y son necesarias muchas precauciones con el proceso de descompresión otras y consideraciones técnicas. Como recompensa, encontraremos presas de gran tamaño y más confiadas, pues pocos pescadores se atreven a bajar tanto.
El último estilo es la pesca submarina en pareja, que más que un estilo es una técnica de seguridad pensada para que los dos miembros del equipo se vigilen alternativamente durante sus inmersiones, algo más que recomendable. Sin embargo, sí hay algunas especificidades en esta modalidad, como “rodear” la presa, que si huye de uno de los pescadores caerá en las manos de su compañero.