Anteayer nos acostamos con el impacto del accidente sufrido por Schumi mientras esquiaba. Por lo visto, se salió de la pista marcada para ayudar a un amigo cuando sufrió el accidente y su casco se rompió con el golpe.
El gran piloto de carreras sigue debatiéndose en el filo de la navaja, pero tras la leve mejoría de ayer, después de la segunda operación, y que continúa manteniéndose estable, las expectativas han aumentado positivamente. Aún así, todavía no puede saberse hacia dónde le conducirá esta vez el Fórmula 1 que pilota, el más peligroso de toda su carrera deportiva.
En este espacio hemos hablado en muchos post de la importancia de seguir las normas, de tener cuidado si se sale de las pistas, de llevar siempre las protecciones… pero como veis a veces ni eso puede salvarnos de sufrir un grave percance. Por eso siempre hay que extremar las precauciones, porque el más pequeño detalle puede salvarte.
La sombra de los accidentes
Cuando uno lee que un piloto de Formula 1 ha sufrido un accidente fuera del circuito de carreras, o al menos yo, siento algo de estupor y de incredulidad, porque siento que deberían estar inmunizados para los accidentes que pueden sucederle a cualquier mortal…
Hace unos meses perdimos a la piloto de carreras María de Villota. Todo apunta a que su muerte se debió a alguna secuela del grave accidente que sufrió el año anterior cuando probaba un Fórmula 1. En esa ocasión María salvó la vida gracias a la protección de su casco, que quedó atravesado como si se tratara de mantequilla.
La voluntad de ganar
Esperemos que todo siga favorable y que la estupenda fortaleza del piloto alemán consiga ganar esta batalla, igual que ha sido capaz de ganar siete veces el Campeonato del Mundo de Fórmula 1, igual que ha sido capaz de hacernos vibrar de emoción en la pista con sus arriesgadas maniobras al volante de una máquina que en sus manos no rueda sino que se desliza con la suavidad de un planeador.
Mi padre y yo nunca nos perdíamos una carrera para poder ver en acción a esta fuerza del motor desatada que pilotaba un coche creado para volar como quien está pilotando un simple utilitario. La de veces que habremos gritado de emoción y de asombro…
Es una orden
Michael Schumacher, muy señor mío, en serio, tú puedes conseguirlo, así que reúne todas tus fuerzas, las mentales y las físicas, y concéntralas todas en recuperarte, que tienes a tu lado a tu familia y a mucha gente detrás enviándote buenos deseos.