¿Qué hay que saber antes de escalar por el hielo?

Dentro de la escalada deportiva una de las especialidades más complicadas es la de escalar en hielo o nieve. Consiste en ascender por pendientes heladas o cubiertas por la nieve ya sea a modo individual, como simple distracción, o en la modalidad de competición, ya que desde el 2005 existe un calendario de competición oficial en escalada en hielo.

A mayores del equipo que se necesita para realizar la escalada clásica, para escalar sobre superficies heladas necesitaremos crampones y piolets. Los crampones son unas estructuras metálicas que se adaptan a las suelas de las botas y que cuentan generalmente con doce pinchos metálicos que se clavan en sobre el hielo.

Los piolets son unas picas de mango corto que se usan para clavar con fuerza y, sujetándose a ellas con la mano, impulsarse hacia arriba para facilitar la escalada. Por supuesto la ropa tiene que ser térmica y especialmente diseñada para soportar el frío y la humedad, aunque aún así son recomendables los repuestos.

Modalidades de competición en escalada en hielo

Aunque se compite en escalada en hielo desde el año 1912, que es cuándo se tienen noticias de la primera competición organizada, la escalada en hielo no se reguló hasta el 2002 y no fue hasta el 2005, como hemos dicho, que se organizó el primer calendario oficial a nivel internacional.

Existen diferentes modalidades de escalada en hielo, según la dificultad, el bloque y la velocidad, tal como ocurre en la escalada tradicional. Evidentemente se trata de un deporte muy técnico y que requiere de una gran forma física y preparación, por lo que no es apto para cualquier persona y aquellos que quieran practicarlo deberán de recibir formación previamente.

Un deporte peligroso

La escalada en hielo puede ser un deporte muy peligroso si no se toman las debidas precauciones y no se conoce el terreno dónde se practica muy a fondo. Desprendimientos y aludes se unen a los riesgos que ya de por si acompañan a la escalada y a las ascensiones por zonas heladas. Ventiscas, tormentas, o nieblas que pueden desorientarnos y hacer que acabemos perdidos en las montañas son algunos ejemplos de los riesgos que se corren.

Además de tomar todas las medidas de seguridad recomendadas es imprescindible consultar las páginas que informan sobre riesgo de aludes o tormentas para evitar encontrarnos con fenómenos inesperados que nos pueden costar la vida, como le sucedió a Pau Escalé el pasado año, cuándo colapsó la columna por la que escalaba.