Cuando queremos hacer deporte para ponernos en forma, en muchos casos nos decidimos por el running, pensando en que es muy fácil de practicar y en que con unas simples zapatillas podremos ponernos a correr sin problemas. Nada más lejos de la realidad, si queremos hacer running sin tener una lesión.
La ropa es importante para correr cómodos y evitar tener un golpe de calor, pero el calzado es indispensable para evitar que nuestros pies sufran los impactos que se producen corriendo, y que pueden derivar en lesiones importantes.
Es importante que tengamos claro que cuando nuestros pies tocan el suelo, mientras corremos, impacta con una fuerza casi 5 veces mayor que nuestro peso, produciendo pequeños microtraumatismos. Y, por supuesto, este impacto crece proporcionalmente con el peso del atleta. Por lo tanto, es esencial buscar unas zapatillas de running con un buen sistema de amortiguación.
El tipo de pisada
Uno de los factores a tener en cuenta cuando queremos comprar unas zapatillas de running adecuadas para cada uno de nosotros es el tipo de pisada que tenemos. Aunque hay personas que pisan ‘normal’ -es decir, de manera equilibrada en todo el pie- muchos corredores tienen una pisada que se denomina pronadora, y que consiste en pisar con la parte interna del pie, por lo que éste lado de la zapatilla se desgasta más que el otro. Igualmente, puede darse la pisada supinadora, que produce más desgaste en la parte exterior.
Esta característica de los corredores se tiene en cuenta cuando se fabrican zapatillas para running y, a la hora de comprárnoslas, debemos tenerlo en cuenta para garantizar que nuestro entreno no nos provoque lesiones.
La amortiguación de las zapatillas
A la hora de comprar unas zapatillas para correr, debemos tener en cuenta otros factores importantes, como nuestro peso, las distancias que recorremos y el tipo de superficie en el que corremos (tartán, asfalto, tierra…).
Para que el entreno que hagamos nos resulte provechoso, y tampoco acabemos en el dique seco durante días por lesiones, es necesario que las zapatillas escogidas sean del material adecuado para conseguir amortiguar el contacto del pie con el suelo. Así, se evitan lesiones y sobrecargas.
Además del material, debemos tener en cuenta que la vida útil de unas zapatillas llega, como mucho, a los 800 kilómetros. Por lo tanto, si queremos evitar que su amortiguación falle, debemos renovarlas cuando notamos los primeros signos de desgaste.
Hacer running en invierno
Correr en invierno no es tan fácil como en verano, por mucho que nos guste este deporte y llevemos años practicándolo. Debemos tener en cuenta que, a parte del frío, salir a hacer running en los meses de invierno incluye enfrentarse a problemas como el viento o la lluvia, que aun empeoran más la sensación de incomodidad.
El frio del invierno también debe influir en la elección de nuestras zapatillas, porque si se cuela por ellas nos hará sentir especialmente incómodos, además de contribuir a que nos resfriemos más de lo que deberíamos. Por lo tanto, aunque tengamos las zapatillas perfectas para correr por comodidad y ligereza, debemos cambiarlas si no nos sentimos lo suficientemente protegidos.
El resto del equipamiento
Las zapatillas son un elemento esencial para salir a practicar running, pero no son el único que debemos tener en cuenta si queremos poder hacer este deporte con todas las garantías de comodidad.
Es imprescindible que contemos con camisetas de algodón, que es el material adecuado para luchar contra la transpiración del sudor, y con unas mallas de lycra y el mismo algodón, que nos garantizan sentirnos cómodos y sujetos. Si hace frio, podemos optar por la amplia variedad de modelos de camisetas térmicas que se encuentran en el mercado, y que nos garantizan mantener el calor en nuestro cuerpo.
Además, es importante que protejamos nuestras extremidades. Esto implica ponernos una banda en la cabeza para absorber el sudor, o una gorra en invierno que también nos ayude a superar los rigores de las bajas temperaturas. Además, los guantes son indispensables para que nuestras manos no queden heladas mientras corremos.
Debemos tener siempre en mente que la protección es esencial para mantener nuestra salud. Corremos para encontrarnos mejor, y no solucionaremos nada resfriándonos o lesionándonos. Por eso, en invierno debemos escoger la ropa adecuada en colores oscuros (que mantienen mejor la temperatura que los blancos) y abrigarnos lo suficiente como para no pasar ni frío, ni calor.
Afortunadamente, hoy en día las empresas que se dedican a la comercialización de ropa y equipamiento deportivo han sabido especializarse hasta niveles tan importantes como para proporcionarnos el calzado y la ropa perfecta para cada actividad deportiva. Así, podemos disponer del equipamiento para practicar running que nos garantice la comodidad y la seguridad necesarias para poder correr sin tener que sufrir lesiones o cualquier otro tipo de percance.