El blokart es un deporte de vela pero que se practica en tierra, lo que ya de por si le da un toque enormemente original. Es relativamente nuevo, surge en el año 2000 en Nueva Zelanda de la mano de Paul «Guru» Beckett.
Se trata de una vela, muy similar a las usadas en windsurf, pero situada sobre una especie de carrito con ruedas, una delantera y dos traseras. Es pequeño y manejable e incluso hay versiones con cuchillas de hielo en lugar de ruedas para deslizarse cobre pistas heladas.
El piloto viaja sentado en el carro y todo se puede desmontar fácilmente y guardarlo en una práctica bolsa para transportarlo. Su peso no suele superar los30 kg
Diversión y competición
Hay velas de diferentes tamaños en función de la altura y el peso de la persona que vaya a utilizarlas, con el objetivo de optimizar su rendimiento, ya que además de utilizar estos blokarts como simple entretenimiento también se han organizado carreras. Sobre hielo se calcula que se han alcanzado velocidades de120 km/h y sobre tierra han llegado a los100 km/h.
Por ahora aún se está intentado regular este deporte de modo que se puedan organizar competiciones importantes y con unos reglamentos comunes. Se ha avanzado bastante en este terreno y la verdad es que incluso los carros son cada vez más manejables y con materiales más resistentes y seguros.
En España es un deporte en auge
Ya hace diez años que este deporte se ha introducido en España, es decir, desde sus orígenes prácticamente y ha sido acogido con bastante éxito siempre teniendo en cuenta que hablamos en términos de un deporte minoritario.
Es un deporte bastante sencillo, mucho más fácil de realizar que el windsurf, entre otras cosas porque no es necesario tanto equilibrio ya que te desplazas sentado, ni tampoco es necesario saber nadar ya que aunque las playas son el escenario favorito para practicar este deporte realmente es posible correr en cualquier terreno.
Uno de estos blokarts puede costar entre los 1.500 y los 3.000 euros por término medio y una vela de recambio anda por los 600 euros. A partir de ahí el límite lo pones tu y lo caprichoso que seas con los diseños y las personalizaciones. De todos modos si quieres tomar un primer contacto con este divertido deporte siempre puedes hacer un curso de iniciación en alguno de los clubes que hay repartidos por todo el país y alquilar de vez en cuando uno de estos “carrovelas”, cómo también se les conoce.