Rutas a caballo en plena naturaleza

Cuándo llega el buen tiempo apetece salir al bosque a dar un paseo. Se puede salir a hacer una ruta de senderismo, a practicar bicicleta o moto, pero una opción muy divertida y en la que puede participar toda la familia es la de realizar una ruta a caballo. Si buscas cerca de dónde vives seguro que hay algún picadero dónde puedes contratar una de estas salidas en grupo por muy poco dinero.

Si quieres incluir a niños pequeños en la excursión asegúrate de que tengan ponis adecuados para ellos. Y no te preocupes más que de llevar ropa cómoda y un calzado cerrado para no hacerte daño con las espuelas.

No se necesitan conocimientos

Mucha gente no se acerca a estos lugares convencida de que para montar a caballo hace falta tener experiencia y recibir clases previamente. Pero lo cierto es que los caballos que se utilizan para este tipo de paseos son tremendamente mansos y están acostumbrados a llevar encima a gente que no sabe manejarlos o que se pone incluso algo nerviosa.

El guía te ayudará a subir y a acomodarte y verás como durante todo el paseo irás tranquilamente, sin tener ni que indicar el camino a tu montura, que seguirá al guía sin dar problemas. Podrás relajarte y disfrutar del paisaje y de la experiencia de cabalgar a ritmo de paseo mientras oxigenas tus pulmones de ciudad.

En la mayoría de estos sitios te darán diferentes alternativas para contratar que pueden ir desde una ruta de media hora o de una hora de duración hasta actividades más completas.

Pasa una noche inolvidable

Una de las ofertas más bonitas que he visto por mi zona es la de salir a realizar una excursión a la tarde noche. Comenzamos con un bonito paseo a caballo hasta un claro en un bosque y allí nos esperaban dos monitores con la cena, para tomarla en plan picnic en plena naturaleza. Sería más idílico con una hoguera, pero evidentemente no está permitido hacer fuego en el bosque y mucho menos en verano por el peligro que conllevan, así que nos conformamos con una deliciosa cena fría mientras el guía nos contaba algunas historias sobre el lugar.

Tras realizar algunas divertidas actividades en grupo que nos organizaron los monitores regresamos al picadero por una ruta diferente, ya totalmente de noche y con linternas, lo que le dio al paseo un toque misterioso, sobre todo al recordar alguna de las historias el guía sobre sucesos de difícil explicación que según él habían tenido lugar en esa ruta.