Conoce la pesca submarina

Ha llegado la hora de sumergirse (toma juegazo de palabras) en el apasionante mundo de la pesca submarina, una especialidad casi tan antigua como el hombre pero aún poco difundida entre la mayoría de los mortales, tal vez por poseer cierta aura de peligrosidad, pero que resulta muy gratificante si se cumple una serie de requisitos básicos de seguridad y respeto al medio ambiente.

La principal característica de la pesca submarina es que la inmersión se realiza en apnea, es decir, a pulmón, sin la ayuda de más elementos que un tubo flexible o snorkel. Por ello, existen toda una serie de precauciones que hay que conocer necesariamente para poder adquirir una licencia de pesca, uno de los documentos indispensables junto al certificado médico previo y un seguro de responsabilidad civil (y en ocasiones una licencia federativa).

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Esta mezcla de caza y submarinismo está sujeta, cómo no, a toda una serie de normativas que velan por la seguridad de sus practicantes (que son los primeros interesados en ello) y que podemos consultar con facilidad si nos acercamos a cualquiera de los clubs y asociaciones de aficionados a esta práctica deportiva, algo muy conveniente antes de lanzarnos por nuestra cuenta y riesgo.

Existen muchas modalidades diferentes de pesca submarina

Vamos a conocer algunos de los estilos más habituales de la pesca submarina, empezando por el más habitual, la pesca en espera, de evidente mecánica, y sus cuatro variedades: al depredador, es decir, posándose en el suelo y despertando la curiosidad de los peces; al paso, identificando y emboscándose en una zona de paso de peces; en superficie, donde no hay problemas de oxígeno pero es difícil cobrar presas; y en araña, versión extrema realizada en alta mar.

La pesca al acecho implica combinar pequeñas esperas con acercamientos cautelosos a las presas, aprovechando los desniveles y mimetizándonos con el entorno hasta llegar a la distancia requerida. La pesca a la caída, por su lado, se realiza localizando al pez en superficie y “dejarnos caer” manteniendo en lo posible el factor sorpresa tomando cuidado de la forma y el ángulo elegidos.

En la pesca al agujero se busca localizar a la presa en su escondite natural para abatirlo. Requiere grandes dosis de paciencia y de conocimiento del terreno y las costumbres de los animales marinos, y los factores de oleaje y claridad del agua resultan fundamentales. Se usan fusiles muy cortos para privilegiar la maniobrabilidad en lugares estrechos.