Freeboard, el vértigo de los descensos sin nieve

Los que aman el snowboard saben que pocas sensaciones se asemejan a la de deslizarse sobre la nieve a toda velocidad sobre una tabla. Pero no es un deporte que se pueda realizar durante todo el año, para muchos incluso es todo un lujo poder hacerlo una o dos veces debido a la distancia que hay entre la nieve y su lugar de residencia.

Entonces ¿hay que resignarse y esperar a que la situación sea propicia para poder disfrutar de este deporte? Lo cierto es que hay una alternativa que te puede hacer vivir el vértigo de un descenso sin necesidad de un solo copo de nieve: el freeboard.

freeboard, el vértigo de los descensos sin nieve

Un monopatín muy especial

El freeboard se practica sobre asfalto y consiste en bajar pronunciadas pendientes sobre una tabla cuyos movimientos se asemejan bastante a las de snowboard gracias a sus ruedas, que pueden llegar a ser impredecibles.

Estos monopatines tienen en total seis ruedas, las cuatro clásicas de cualquier monopatín y dos más situadas cada una de ellas en triángulo con las otras dos, justo en el eje central del patín y que pueden girar 365 grados. La tabla lleva sujeciones para los pies, pero es fácil soltarse debido a motivos de seguridad. Y es que no es lo mismo caer sobre la nieve que sobre una carretera en pendiente.

En definitiva, aunque la tabla nos pueda recordar a un monopatín, la técnica y los movimientos son prácticamente iguales a los que se realizan sobre una snowboard, lo que hace las delicias de los aficionados a este deporte. Los movimientos, los trucos , las frenadas y los derrapajes sobre la nieve se pueden emular sobre el asfalto utilizando los mismos giros y trucos.

Atrae también a los aficionados al surf

Aquellos que adoran cabalgar las olas también se sienten atraídos por esta técnica de patinaje, que puede llegar a causar sensaciones tan vertiginosas y extremas como las que se sienten al coger una buena ola, a juzgar por lo que dicen los que han probado ambas cosas.

Eso sí, recuerda que una caída a toda velocidad contra una carretera asfaltada no es ninguna broma, por lo que no debes de practicar este deporte si no cuentas con las debidas protecciones y, por supuesto, teniendo el máximo cuidado con el tráfico. En muchos casos esto se hace en grupo y varias personas se encargan de vigilar la seguridad mientras otros realizan los descensos, siempre por pistas poco transitadas.